“RAMÓN MELLA LITHGOW: Humor, sagacidad y maestría en la sátira política de inicios del siglo XX” (13/16)

Historia de Puerto Plata

Aunque se presentaban cuatro posibilidades en el firmamento político dominicano, de acuerdo con la apreciación de Walter, en 1914, solo dos estrellas brillaban con posibilidades reales: Horacio Vásquez y Juan Isidro Jiménez. A Federico Velázquez lo comparaba con un pequeño cometa y el general Luis Felipe Vidal lo asociaba a una estrella lejana, pequeña y con poca luz. 

Mientras el pueblo dominicano era un espectador pasivo, los Estados Unidos advertían que no tolerarían más cambios en el panorama político, aplatanando su lenguaje demandaba: “Ceño Ceferino, mire bien que estrella le conviene, porque después de puesta V. No me la va a quitar”. Este observatorio presentaba un pueblo que deponía las armas, al dejar el machete en su vaina a un lado, mientras analizaba las diferentes posibilidades en el escenario político dominicano. Esta aparente pasividad tenía en el fondo la amenaza de la intervención militar del Tío Sam. 

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