Ricardo Limardo, la gripe española y el COVID-19

Historia de Puerto Plata

Un siglo después de la gripe española, la humanidad enfrenta el COVID-19. Los peligros que afrontamos, y los esfuerzos de las autoridades, guardan cierto paralelismo. Puerto Plata encaró aquella pandemia teniendo a Ricardo Limardo como presidente de la Cruz Roja y después como gobernador provincial, pero conviene recordar que además en ese período la nación dominicana estaba intervenida por los Estados Unidos (1916-1924). 

El inicio de la influenza o gripe española se ubica en los campamentos militares de la primera Guerra Mundial durante marzo de 1918. Su nombre se debe a que España, al no ser parte del conflicto bélico, no censuraba las informaciones sobre esta epidemia que afectó la población mundial. En el país se le apodó “El Garrotazo”. Por su parte, el COVID-19 se identifica por primera vez a finales de diciembre del 2019 en la ciudad de Wuham, China y todavía está activa en casi todo el mundo. Existe acuerdo en que tiene un origen animal, en el murciélago. Aquí llamamos “coronados”  a los infectados por el virus.

 Para el verano del 1918 se habían registrado brotes en Haití y a pesar de las medidas implementadas fue inevitable que ocurrieran las primeras muertes por esos días. Al igual que el COVID-19 encontró a los dominicanos en medio de una campaña electoral tan peculiar como son las nuestras, en 1918, la población capitaleña, bajo la influencia de los ocupantes norteamericanos,  se preparaba para celebrar el fin de la guerra. De acuerdo con el Listín Diario, citado siempre en este artículo de la Historia Dominicana de Orlando Inoa, el programa de festejos que tuvo lugar del 12 al 15 de diciembre incluyó “bailes, desfiles de carnaval, retretas, juegos populares, un baile blanco en el Club Unión y una llamada “Fiesta de la victoria y de la paz” que duró tres días”.   

La censura de información sobre la epidemia fue parte de la estrategia aliada y no fue hasta el 14 de diciembre, en medio de las celebraciones, que el Jefe de Sanidad del gobierno de ocupación admitió la presencia de la epidemia en la capital; y días después, cuando inició la publicación de las regulaciones y los procedimientos a seguir para evitar contagiarse. Al igual que en marzo del 2020, se ordenó el cierre de teatros, clubes sociales, se prohibieron las reuniones públicas, bailes, velorios, también se cerraron escuelas públicas y privadas, y se recomendaba, el uso de mascarillas, luego se extienden las medidas a todo el país: “Cierre general” titula el Listín Diario del 17 de diciembre de 1918. 

Lejos del ambiente festivo que reinaba en la ciudad capital, en Puerto Plata, Ricardo Limardo, al frente de la Cruz Roja pone a circular el 14 de diciembre de 1918, una publicación para alertar “AL PUEBLO” sobre los peligros de la epidemia que según establecía, estaba “tomando proporciones alarmantes”, por los “innumerables” infectados y el constante aumento del número de víctimas. 

Como si fuera una declaración actual, Ricardo Limardo destacaba la amenaza que la epidemia constituía, tanto para la salud de la población como para la economía, por el riesgo de paralizar “el movimiento de la industria y del comercio y aumentar la miseria.” Hace un llamado a nacionales y extranjeros a pensar en el bien común y les invita a unirse a la Cruz Roja para ayudar a cumplir “el gran deber de humanidad que se le ha encomendado”. 

A finales del mes de diciembre el Listín Diario califica la situación en Puerto Plata como “desesperante”. El gobierno de ocupación despachó de urgencia “al guarda costa Patria conduciendo medicinas y a un médico acompañado de tres practicantes del hospital militar.” En enero de 1919 la situación era tan complicada que Ricardo Limardo se refiere a “La ola feroz de la epidemia”. Tarda en informar y asumir su nombramiento como Gobernador provincial ya que consideraba su trabajo en la Cruz Roja “más honroso, más noble”. Era su cuarta designación en esta posición, esta vez en circunstancias especiales por la ocupación norteamericana, lo que le sorprende y la asume como una cuota de sacrificio por su país, por sus comprovincianos y por su “amada Provincia de Puerto Plata”. 

La gripe española ha causado más muertes que cualquier otra epidemia o pandemia en la historia de la humanidad. Hoy, es prudente seguir las indicaciones de las autoridades para evitar que esta pandemia que padecemos se salga de control como ocurrió hace un siglo, y por último, sigamos aspirando a tener funcionarios públicos con la visión de Ricardo Limardo: “siempre tuve el respeto a la Ley como límite de mi autoridad: aun en tiempos anormales tuve la sanción como frontera”. Sí es cierto aquello de que “La historia es cíclica” esperamos con esperanza que, de la misma manera que se  ha repetido la pandemia, la nueva administración abandere también  la moralidad y la dedicación con que Ricardo Limardo enfrentó la crisis hace un siglo.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *